Semana Santa en otra ciudad.




Cambiar de ciudad es muy duro para los que nos hemos desplazado. Dejar a tu familia y 
conocidos dejar todo. Estar con ganas de hablar con alguien pero no poder porque están ocupados y no coincidís nunca. Tener hermanos con los que apenas cruzas palabras porque ya están empezando hacer su vida y sentir que cuando lo dejaste era un mocoso y ahora es todo un hombre, con novia y sus historias.
Tu madre, al principio te llama mucho pero conforme van pasando los años, ya se va acostumbrando a que no estas, que tienes tu vida hecha en otra ciudad.


A lo que más me costó acostumbrarme es el dialecto, esas palabras a medio terminar, diferentes formas de decir una cosa y lo rápido que hablan los andaluces. Aun hoy hay gente que me cuesta seguirle el ritmo.

De platos típicos tengo que decir que las papas a lo pobre y la carne con tomate, es de lo que más me gusta y como no soy delicada con ningún plato, pues estoy enamorada que de la gastronomía de aquí. Encima, es todo muy barato, según donde vayas eso sí, todo hay que decirse porque lo mismo te encuentras 8kgs de patatas a 60centimos el kilo como te encuentras carne en el súper a 4 euros la bandeja. Hay que saber dónde comprar.



Ahora que se acerca la semana santa , se acerca la época de las lloreras pues cada vez que oigo a la banda de los pasos no lo puedo evitar , me emociono y soy como una niña con los ojos rojos y la lagrimitas recorriendo mis mejillas.
Solo deciros que si estáis de vacaciones Almería y sus provincias son preciosas pero no os desvelo nada mas ya que sino no buscaríais la ciudad.





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